Te he visto, Adán mío,
jugando a la ruleta
los millones que te dio
la venta de un terreno.
Recé todo lo que supe
y recordé otros tiempos
temiendo que ese poker
te dejara sin tus euros.
Yo rezaba, tú ganabas,
Beruby iba dejando
comisiones sustanciosas
en mi cuenta de afiliada.
Sigue jugando, Adán mío,
y compra unas naranjas
que Beruby vende frescas
en la huerta donde nacen.
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